Hoy hemos decidido hacernos una exfoliación facial en casa. A continuación os presentaremos las ventajas que esto supone para nuestro rostro y los pasos para llevarlo a cabo.
Efectos de la exfoliación:
- Ayuda a retirar la suciedad, toxinas y restos de maquillaje del rostro.
- Elimina la grasa de los poros, evitando así la aparición de acné y puntos negros.
- Promueve el regeneración de la piel, eliminando las células muertas.
- Reactiva la circulación sanguínea, mejorando la oxigenación de la epidermis, lo cual ayuda a prevenir el envejecimiento celular.
- Unifica el tono de piel, disminuyendo las manchas cutáneas.
- Mejora la absorción de las cremas, serum, ampollas, mascarillas o productos utilizados tras la exfoliación.
- Ayuda a preparar la piel para una exposición solar, evitando la aparición de manchas, rojeces, granitos... y homogeneizando y ayudando a conservar el color del bronceado.
¿Cómo nos exfoliamos?:
1- Retirar el pelo con una cinta y lavar la cara con el limpiador habitual y agua tibia.
2- Con la piel húmeda aplicamos un poco de exfoliante dando masajes circulares durante 2 ó 3 minutos, haciendo hincapié en la zona T (frente, nariz y mentón).
3- Lavar con agua templada y retirar los restos del producto.
4- Aplicar un tónico facial con un algodón para ayudar a cerrar los poros abiertos.
5- Utilizar la crema habitual.
Este procedimiento se puede llevar a cabo cada 10 días aproximadamente. Es muy importante que no se realice todos los días ya que conseguiríamos irritar y secar nuestra piel.
Existen varios tipos de exfoliantes dependiendo de las características de nuestra piel. Sería recomendable que conozcas qué tipo de piel tienes y qué exfoliante es el más adecuado para tu rostro.