Los sabañones son muy comunes durante el invierno, ya que se originan por la exposición de la piel al frío y posteriormente al calor, produciéndose una reacción en los vasos de la piel que produce hinchazón, rojeces, picor, ardor y hasta ampollas. Las personas con problemas circulatorios son más propensas a padecer sabañones.
- Se producen principalmente en las manos, pies y nariz, así que para evitarlos es fundamental proteger estas zonas del frío con guantes, bufandas y zapatos apropiados.
- Los baños de contraste de agua caliente y agua fría ayudan a reactivar la circulación de la zona permitiendo un mayor flujo sanguíneo.
- El uso de cremas hidratantes y antiinflamatorias con urea, hamamelis o calamina reducen la inflamación y alivian la zona.
- El ajo machacado es un buen amigo para reducir los sabañones.
- La vitamina B3 o niacina tiene un papel protagonista en los trastornos circulatorios, mejorando los síntomas. La vitamina B3 la podemos encontrar en la levadura de cerveza, los cereales integrales, los frutos secos, las legumbres y las algas marinas.
- Es importante realizar masajes en la zona para mejorar la circulación.
- La hierba cola de caballo favorece la eliminación de líquidos disminuyendo su retención (edemas).
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